1 mar 2015

VOLANDO AL NORTE





El pasado domingo día 22, fue uno de esos días que tantas veces nombro, un día de documental en la Laguna de Gallocanta. Desde las cuatro de la tarde hasta pasadas las diez de la noche continuamente llegaban bandos y bandos de grullas desde el sur para descansar y hacer parada en la laguna. La migración de febrero es muy rápida y  era previsible que muchas de esas grullas  se fueran al día siguiente dirección norte.

La mañana del lunes 23 se levantaba soleada en el Jiloca, así que en muy buena compañía nos dirigimos en busca de uno de los mejores momentos en la laguna de Gallocanta, la migración de las grullas.

A las 11.00 de la mañana subimos al Castillo de Berrueco y al igual que el artículo del año pasado ( artículo año pasado ) , os diré que  no hay palabras para expresar  este espectáculo natural. Hoy quiero ser breve y trasmitíroslo a través de los vídeos y las fotografías.





Una de las muchas corrientes térmicas de miles de grullas ciclando encima de nosotras.





Durante dos horas miles de grullas trataban de buscar corrientes de aire caliente. 

  


Desde el alto del castillo, trompeteos, trompeteos y más trompetos de miles y miles de grullas ciclando en  busca de las corrientes térmicas  de aire caliente que las empujen.



Cuando las grullas encontraban la corriente y cogían la suficiente altura, se formaban en V  dirección Norte.


Preciosos tornados de grullas.



La tranquilidad duró poco tiempo, no llegó a unas horas.Cuando miles y miles de grullas abandonaban la laguna dirección norte, otras miles y miles llegaban desde el sur.

Abandonabamos el alto del castillo y nos dirigíamos al observatorio de los Aguanares  donde pudimos observar tres cigüeñas entre los bandos de grullas.




Por la tarde podíamos ver en los alrededores de la laguna la de miles y miles de grullas que habían venido desde Extremadura. Al día siguiente, martes 24, se censaron unas 84.000grullas.

foto con muy mala calidad, pero nos hace idea la miles de grullas que había
Durante la tarde estuvimos disfrutando del paisaje y de los trompeteos y bandos incesantes. 





El miércoles, jueves y viernes no hizo muy buen tiempo y al igual que un aeropuerto la laguna comenzó a retrasar los vuelos de grullas dirección norte, llegando a acumular más de 100.000  que esperaban impacientes que saliese el sol para marchar. 

Este fin de de semana, 28 de febrero y 1 de marzo, han sido muchos los afortunados que han podido ver una increíble migración de grullas. Concretamente el sábado fue uno de los mejores días que personalmente he vivido en la laguna, uno de esos días que no puedes parar de mirar al cielo y que te gustaría trasladar a ese momento y a ese lugar a todas las personas que quieres, porque sientes que es algo indescriptible, que deja perplejo a cualquiera y  que no se lo pueden perder. 

Un año más las grullas abandonan la península, anuncian la primavera y el buen tiempo. 

Buen viaje amigas.

Carmen Alijarde



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